- ¿Cómo ve usted la situación actual que se está viviendo a consecuencia de la crisis provocada por el COVID-19?
El año 2020, coincidiendo con el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale, considerada la madre de la enfermería moderna, fue nombrado por la La Organización Mundial de la Salud (OMS ) como el año de la Enfermera y la Matrona. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con el Consejo Internacional de Enfermería (CIE), crearon la campaña Nursing Now (2018-2020) con el objetivo de poner en valor todas las actividades de enfermería y colocarla en el lugar que le corresponde, dejando claro la influencia y el papel tan importante que tiene en la consecución de los objetivos de salud para la población.
Como organización colegial era nuestro gran año para mostrar a las autoridades y a la población en general el valioso papel que juegan las enfermeras dentro del marco de la salud en todos sus ámbitos. Teníamos grandes planes y proyectos para conseguir esta visión de nuestro colectivo pero llegó el Covid-19 y lo cambió todo. Nunca podíamos imaginar vivir esta situación, está siendo terrible.
El primer cambio que realizamos ante el coronavirus fue el 2 de marzo, tras recibir a través de nuestro presidente del Consejo General una indicación del Ministerio de Sanidad, donde se recomendaba no realizar reuniones de personal sanitario para evitar posibles contagios. Por ello, suspendimos la celebración del día de nuestro patrón que teníamos programado para el día 6 del mismo mes.
A partir de ese momento todo fue rodando. Declaración de la pandemia, estado de alerta, confinamiento y la dura batalla para el personal sanitario.
- ¿Qué papel juega el colectivo de Enfermería en la pandemia de COVID-19 que estamos viviendo?
El personal de enfermería es un colectivo que está en primera línea en esta guerra contra el coronavirus. Y no se quejan por esto, ya que nuestra profesión siempre se ha caracterizado por ser una labor donde la vocación al servicio y cuidado de la población ha ido unida al conocimiento. La queja en esta lucha es no disponer de medios de protección suficientes para poder realizar su trabajo sin exponer su vida y la de su familia.
Los medios de protección que les llegan son escasos y según sus propias palabras “la mayor parte de ellos donados por empresas almerienses y particulares” a los cuales les están muy agradecidos por las muestras de apoyo que están recibiendo de su parte. Desde el COE Almería, desde el primer momento quisimos colaborar aportando materia de protección para nuestros colegiados. Ha sido un mes de buscar incansablemente la forma de conseguirlo pues hemos pasado por etapas que van desde tenerlo prohibido hasta evitar ser estafados y quedarnos sin pedido después de haberlo pagado; ya que el pago siempre es por adelantado; como ha pasado en otros sitios.
Por fin acabamos de conseguir un pedido de mascarillas que vamos a repartir entre nuestros más de 3000 colegiados, enviándoselas a su domicilio. Otra queja del colectivo es la falta de test suficientes para cuanto antes poder delimitar la población contagiada y actuar en su tratamiento.
- ¿Cómo es la realidad del Covid-19 en la provincia de Almería?
En el momento en que la pandemia se ha cobrado vidas, la realidad es siempre dura. Si lo hacemos comparada con otras provincias, somos de las que mejor situación tenemos con respecto al porcentaje de contagios de nuestra población.
En Almería tenemos camas libres para atender a personas contagiadas, tenemos camas libres de UCI con sus respiradores, y sobre todo tenemos un personal sanitario de gran valor que ha sabido adaptarse cuanto antes y de la forma más profesional a una situación nueva y desconocida para todos.
Se crearon rápidamente protocolos de actuación modificándolos de forma continua hasta conseguir los más adecuados.
- ¿Qué puede decirle a la población almeriense?
Como enfermera de vocación y en nombre de todo mi colectivo decirle a la población almeriense que nos emocionamos cada tarde a las ocho sintiendo el apoyo de nuestra gente y eso nos da fuerza para seguir en esta batalla.
Otro gesto que agradecemos es el cumplimiento del confinamiento, pues esto ha sido básico para que nuestra provincia sea de las menos afectadas por la pandemia.
Por todo lo anterior solo podemos decir gracias. Pero como representante del colectivo de enfermería en Almería, no puedo dejar de denunciar las conductas deplorables por parte de parte de nuestra población que realizan mensajes amenazantes a nuestros profesionales para que abandonen los edificios donde viven. Esto No Se Puede Consentir. Tanto desde el COE Almería como desde el Interlocutor Policial Territorial Sanitario vamos a colaborar a que se le facilite la interposición de la denuncia que será investigada, en su caso, por las Unidades de Policía Judicial.
También quiero pedir a la población que cuando se normalice la situación, no vuelva a suceder ninguna agresión al personal sanitario, y que antes de hacerlo recuerden quién estuvo jugándose la vida para luchar por la salud de toda la población.
- ¿Cuáles son las reivindicaciones del colectivo de enfermería?
Las reivindicaciones del colectivo son las mismas que expuse hace dos años cuando empecé a cargo de esta Institución, que entre otras son, por un lado, el ratio enfermera-paciente que es uno de los más bajos. Por otra parte está el tema de las especialidades, tras realizar el Grado de Enfermería (cuatro años de estudios), para hacer una especialidad hay que hacer dos años más de estudios, y a pesar de estar formando en Andalucía varias especialidades como Matrona, Salud Mental, Pediatría y Enfermería del Trabajo, solo tenemos bolsa de trabajo de matronas, el resto de especialidades si tienen que ir fuera de nuestra comunidad para poder ejercer.
Otra reivindicación importante de nuestro colectivo es la figura de la Enfermería escolar, que ante la situación que estamos viviendo cobra aún más valor y necesidad tras la incorporación de los niños al curso escolar. Otra lucha antigua es la equiparación salarial con otras comunidades autónomas ya que somos de las más bajas, además de contar con contratos de larga duración que permitan la conciliación familiar y otorgue una mínima estabilidad. Y por último, y no menos importante, sentirnos valorados en nuestro puesto de trabajo.